jueves, 22 de diciembre de 2011

QUÉ PEDIR PARA ESPAÑA POR REYES


Estos no son días para hablar de noticias que sean ocasión de tristeza. Ahora la noticia es  el Nacimiento de Jesús, motivo de alegría y celebración hasta en muchos países paganos o  alejados algunos de creer en esa presencia de Dios entre los hombres. Pero eso no impide que se hable de problemas graves.
Uno de los últimos días del gobierno saliente de Zapatero, se dieron los resultado del número de abortos del año que termina: 113.031 niños no vieron la luz; 1.550 abortos más que el año anterior. La decisión de 113.031 madres, mal aconsejadas, que por capricho, por vergüenza de sus padres, o alegando cualquier otra de las razones que según la Ley Aído permite abortar. Esas madres no se han quedado “tan frescas”, habrán sufrido el síndrome de tristeza y depresión post aborto; que para curarse exigirá una terapia profunda y costosa. Aunque la posición oficial actual es la de disminuir la importancia de ese síndrome e incluso afirmar, con falsedad, que no se da. Esta cifra de abortos y el indicador de crecimiento del número abortos de año en año exige que, nos demos cuenta, de que es un crimen social de una magnitud en el que estamos todos implicados, en este caso los españoles. Pidamos a los Reyes Magos que den a los representantes del pueblo español un corazón compasivo para aprobar una ley más humanitaria y audacia a  los nuevos responsables del gobierno de la Nación para poner coto, a este holocausto sangriento.

viernes, 16 de diciembre de 2011

PIDA TRES DESEOS PARA LA NAVIDAD

Después del prestigio que Benedicto XVI ha ido adquiriendo entre los creyentes e incluso no creyentes con sus viajes y predicaciones, es justo que se deben destacar los tres deseos que ha expresado ante la cercanía de la Navidad. 1º Que nuestra mirada no se detenga sólo en el horizonte de este mundo, en las cosas materiales, “La Navidad no es sólo comprar y realizar otros preparativos, sino que es también mantener el contacto con el Señor.” Este contacto no es un peso añadido a las obligaciones de esos días, sino que es la fuerza que nos ayuda a hacer todo lo necesario. Nuestra postura, has de ser, de alguna forma, como la del árbol de Navidad, que tienda hacia arriba, que se dirija hacia Dios.
2º Que La Navidad nos recuerde que necesitamos una luz-el  Niño- - que ilumine el camino de muestra vida y nos dé esperanza, especialmente en esta época en que sentimos el peso de las dificultades. Y, en tercer lugar Que cada uno de nosotros aporte algo de luz en los ambientes en que vive. “En este mundo con tantas tinieblas, estamos todos llamados a ser testigos de la luz: porque sólo puede transmitir alegría quien la lleva dentro: “Aquel que ha encontrado a Jesús en su vida experimenta en el corazón una serenidad y una alegría que nadie ni ninguna situación puede arrebatarle”.

jueves, 1 de diciembre de 2011

LA LUCHA CONTRA EL PARO

Juan Pablo II hablando de los problemas económicos de la sociedad dijo que: “el problema del paro es un problema ético”.  Se supone que lo quería decir es que es una situación “mala”;  y que no puede justificarse diciendo que se debe sólo a imprevisión, o que es un acontecer habitual e inevitable en la marcha económica de la sociedad, sobre todo en temporadas de crisis.  Todas estas son razones, que se unen a otras  incógnitas que agravan el problema, que es complejo, pero el problema hay que resolverlo. En España pudimos tener un problema grande de paro, cuando se produjo el fenómeno masivo de la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo. Si lo  salvamos es porque esa incorporación fue progresiva  y facilitada porque sucedió en un  periodo de desarrollo positivo. El desarrollo produce empleo. La experiencia dice que uno de los agentes capaces de generar empleo son las Pequeñas y medianas empresas (PYMES, de las que con tanto interés habla Rajoy); muy en paralelo con los jóvenes emprendedores y los empresarios maduros con ganas de salvar sus empresas o dispuestos a ampliarlas. Las obras públicas ofrecerían una gran posibilidad de absorber mano de obra abundante; pero cuestan mucho dinero y casualmente ahora el Estado más que tener dinero, lo debe... mejor es contratarlas en otros países. Luego están los propios parados, que tienen que seguir formándose en su trabajo habitual o reciclándose; y no pueden parar buscando y rebuscando: entregando currículos o consultando las páginas Web de ofertas de empleo.

martes, 1 de noviembre de 2011

CONVERSIÓN

En estos días se produce un contraste entre la mucha gente que está pendiente de los servicios metereológicos para ver si va a poder ir a la playa, y aquellos que no han olvidado que el Viernes Santo se rememora la muerte en la Cruz del que se ha amnifestado –como dice Benedicto XVI en su 2º libro sobre Jesús de Nazaret- “el que ama hasta la muerte”. Es tremenda la tristeza que produce el alejamiento de la fe católica de la gente joven, y muchos de ellos participarían en su momento en las catequesis de Primera Comunión e incluso de la Confirmación. ¿Y sus padres? Pues seguramente son los responsables de ese enfriamiento de los hijos, porque no supieron prescindir de las series de televisión para rezar con ellos las oraciones de la noche; o sustituyen la Misa del domingo por paseo y compras por el Centro Comercial, la playa o el campo.
¿Qué se puede hacer para recuperar el encuentro con Jesús y poder soportar su mirada de reproche y cariño. Una solución ya la puso en marcha un ingeniero, que promovía una recristianizacción en un área muy  desarrollada industrialmente en el Norte de España, con aprendices y peones. “No os inquietéis si blasfeman o no van a Misa los domingos, tenéis que conseguir que se encuentren con Jesús, que de vez en cuando entren en la iglesia, se sienten delante del Sagrario y miren a Jesús y le planteen: ¿para qué me has dado la vida? ¿Qué es lo que tengo que hacer ahora? Y,  realmente, ¿tú nos esperas al final?

MATRIMONIOS JÓVENES

En una de las comidas de la última Navidad, cuando estábamos hablando de temas de familia y matrimonio, nos contó uno de los presentes: «A mí el consejo que más me ha servido, me lo dio un amigo de mi padre en la boda, justo antes de entrar a la iglesia, se me acercó y casi al oído me dijo: “Nunca te acuestes sin haber hecho antes las paces con tu mujer”. Le he hecho caso; y me ha ido muy bien.»  Se lo conté a otro marido joven, al que sabía que le iba a servir el dicho; ya que, en ocasiones anteriores, me había hablado de algunas discusiones subidas de tono que tenía con su mujer, los dos con un temperamento fuerte. Él añadió sonriendo: “Yo le doy un beso; aunque refunfuñe y rezongue”.

Mucha gente se pregunta el porqué muchos matrimonios jóvenes se rompen a los pocos años, y –a veces- a las pocas semanas o meses. Las causas son variadas: cuando se casaron eran unos inmaduros, creían que la vida era “color de rosa” y no sabían que iban a tener penas y dificultades, que tendrían que soportar o sobrellevar juntos. Otros, por culpa de la prolongación de los estudios y el deseo de tener los dos un trabajo seguro y una vivienda propia,  se casaron demasiado mayores -llenos de manías y caprichos egoístas- y no son capaces de conectar sus vidas. A esto se añade la facilidad que da la ley del divorcio para romper el matrimonio por cualquier menudencia, o por el tonto empeño de uno de los dos, que no quiere aceptar o sobrellevar una contrariedad, pensando que la ruptura es la única forma de resolver ese problema.

Además de esas posibles razones para la falta de estabilidad matrimonial, hay que añadir un peligro, quizá el mayor: que se haya enfriado el enamoramiento propio del noviazgo o se haya perdido el amor inicial de la primera época del matrimonio. La solución, en cualquier caso, está en fortificar el cariño: “hay que aprovechar el entusiasmo y la disposición de buscar el bien del otro y la felicidad de la pareja en la época anterior y posterior al mismo acto del matrimonio, para fortalecer ese amor que ya existe. Para ello es necesario que los dos sepan que el amor, en muchas ocasiones, exige sacrificio, lo que se hace con agrado, porque uno se olvida de sí mismo y lo que se quiere es la felicidad del otro. Así se entiende el dicho: “la felicidad no está en una vida cómoda, sino en un corazón enamorado”. Todo lo anterior, pensado en la cabeza, tiene también que salir del corazón, y debe, por tanto, ir acompañado de manifestaciones sensibles de afecto, de palabras cariñosas, de agradecimiento por lo que se recibe; de muestras prácticas de que se escucha y se tiene en consideración al otro: es decir, que se le respeta y se le aprecia… si no el amor se va empobreciendo y puede terminar marchitándose.