sábado, 28 de enero de 2012

LA PREGONERA DE LA SEMANA SANTA DE VALLADOLID

 El Alcalde de Valladolid ha invitado a Soraya Sáenz de Santamaría a que sea la pregonera de la Semana Santa. Como se podía sospechar el debate ha salido a la calle. Sobre todo porque dicen los detractores que  La Vicepresidenta del Gobierno está casada por lo civil. Ella ya ha dicho que sí y, a pesar de la polémica que se ha despertado dice que lo va a hacer: ya sea porque le interesa el tema o porque es de las que les gusta mantener la palabra que ha dado. Lo curioso es el grupo de “los escandalizados”: aquellos que se consideran intérpretes cualificados sobre lo que hay que hacer en cada caso concreto para vivir las exigencias  del cristianismo, cuando ellos no son los que, casualmente ni están próximos a la Iglesia ni la miran con simpatía. Aunque todos tenemos derecho a opinar, en este tipo de cuestiones las decisiones corresponden a los responsables de los distintos estamentos: alcalde, presidente de la Junta de Cofradías, Obispo. La misma pregonera sabrá tener la prudencia necesaria para darse cuenta de que habla en la Catedral y que el tema al que se está refiriendo es la Semana Santa. Ya el Alcalde ha anunciado que él mismo irá al pregón y se reunirá con las Cofradías después de las festividades para concretar el procedimiento de elección del pregonero para el futuro.

jueves, 19 de enero de 2012

UN PUNTO DE VISTA Y SU CONTRARIO

Para terminar y salir de los interminables debates que se dan en un centro de enseñanza, sobre los muchos aspectos litigiosos  que rigen la convivencia escolar, llegué a la elaboración de este aforismo, útil para los temas opinables o que se presentan como debatibles: “En educación, se puede defender una postura y su contraria”. Por ejemplo: se plantea el tema de  si se impone el uniforme o no. Algunos padres y muchos de los alumnos se opondrían, porque eso sería un atentado contra su libertad o supone una homogeneización de la personalidad. Un gran grupo de madres,  lo apoyarían porque piensan en la cantidad de tiempo que ahorrarán al no tener que ayudar a elegir a los hijos o a las hijas, qué ropa se ponen cada  día del año. La discusión de hace unos días en el Parlamento provocada por un  grupo de diputados que no aceptaban la exigencia de llevar corbata me ha traído a la memoria esta comparación. Siempre suele haber, en el fondo, dos tipos de argumentos que avalan la polémica: el derecho a defender, en aras de la libertad, una postura personal; o una posición ideológica consolidada. La única forma de resolver la alternativa, y así habrá tiempo para deliberar y aprobar temas de más importancia es que, una vez que los participantes en el debate han expuesto sus razones -en un tiempo razonable y sin repetir  argumentos- se pasa a la votación. Cuyo resultado, ¡claro!  tiene que ser vinculante.

miércoles, 11 de enero de 2012

JUSTICIA Y EFICACIA

“Justicia y eficacia” era el lema que tenía un catedrático de Derecho político para sintetizar lo que había que exigir a los que detentaban el poder en los distintos niveles de de la estructura de gobierno del país. Justicia puede querer decir: que “Todos somos iguales ante la ley” -a lo que se podría añadir: frente a la corrupción: “el que la hace la paga”. También justicia  se define como: “Hay que dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde”. Una condición para concretar donde está lo justo en cada momento o en cada circunstancia exige un sistema judicial independiente del poder de los gobernantes. Los jueces también deben actuar con eficacia y sin retrasos injustificables.  Para el Estado y los gobernantes, hay un aspecto de la justicia muy importante, que ha venido a apellidarse “Justicia distributiva”: Repartir las cargas y las ventajas sociales: “el que más tiene ha de contribuir con más”; “el que menos tiene ha de recibir más”. La habilidad del gobernante estará en que, con eficacia, alcance las metas que se ha propuesto. Los ciudadanos gozarán de libertad para valorar esas realizaciones que podrán criticar mediante el control del Congreso de los Diputados y de los medios de Comunicación social. Pero no olvidarán, que ahora, debido a la crisis de la que tenemos que salir,  esa exigencia de la eficacia ha de ser moderada por el dicho de que “la política es el arte de lo posible”.