miércoles, 29 de febrero de 2012

¿ES NECESARIA LA REFORMA DE LA LOGSE?


A algunos les irrita pensar en otra nueva Ley de Educación, cuando desde la Ley general de Educación de 1970,  hemos pasado, durante la democracia  por cuatro leyes de educación y ésta de la que se habla sería la quinta.  Planes de Educación, de lo más variado,  se vienen haciendo desde Platón (siglo IV antes de Cristo). Acertar con algo que resulte atinado para todos y con cierto carácter de definitivo es muy difícil.  Ahora parece que se ha elegido el camino de aislar los problemas concretos, para los  que la LOGSE no ha llegado a encontrar remedios. Por ejemplo: mejores resultados académicos que se reflejarían en una más alta  posición en la tabla de las puntuaciones de los países que se valoran en las pruebas Pisa). Lo acertado sería, dejar en compás de espera los problemas más amplios y profundos, e ir a lograr un consenso para lograr encontrar soluciones para asuntos todavía pendientes. Si han disminuido valores como el trabajo personal será cuestión de volver a exigir la laboriosidad y el trabajo bien realizado, por medio de pruebas objetivas y otros tipos de exámenes – que una vez corregidos- pueden devolverse a los alumnos, con lo que irán aprendiendo a autoevaluarse. Para el paso de curso se exigiría –como durante mucho tiempo ha sido-  no más de dos asignaturas pendientes, lo que refuerza el prestigio docente del profesor y es una motivación realista y exigente para los alumnos. No sería necesario añadir un año más al Bachillerato: basta que la exigencia en esos cursos sea eficaz: además está reforzada por la prueba final de la PAU.
Hay temas, que se refieren más a la filosofía de la educación para los que son  más difíciles de conseguir posturas de consenso En resumen, lo que parece se debería hacer, dada la situación en que está el país, y es a lo más que parece se podría aspirar: es  mantener lo que se tiene –la Logse-  y hacerle “los remiendos” en todas aquellas deficiencias que se valoren como erradas   y urgentes de solucionar. Después ya es más fácil enunciar aquellos pilares básicos que deben ser respetados en las nuevas normas: educar en la libertad y en la responsabilidad  a los alumnos; dejar que las familias puedan elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos;  posibilitar el acceso de todos al nivel de escolaridad que les corresponde, mediante los conciertos educativos y el sistema de becas. Para contribuir a paliar los problemas del paro: planear una formación profesional adaptada a las diversas exigencias, situaciones y expectativas en las que se encuentra  el mundo del trabajo: realzar el valor de la laboriosidad, preparar a los de edad laboral a compatibilizar trabajo y estudio...


viernes, 10 de febrero de 2012

ELECCIÓN DEL CENTRO EDUCATIVO POR LAS FAMILIAS


Está claro que Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid,  está dispuesta a poner los medios para que las Escuelas que dependen de ella sigan ganando en prestigio y calidad. Ya dio un paso importante cuando puso el inglés como materia obligatoria en toda la Educación Primaria -de los ocho a los doce años es la mejor edad para adquirir las destrezas elementales para dominar una lengua no materna; y el inglés facilita las posibilidades de obtener más adelante un empleo. Ella, ahora para no cargar más sobre la clase media medidas que encarecieran los gastos familiares de la educación durante “la crisis”, ha continuado con su política de mantener los Colegios concertados, y además ha tenido la audacia de anunciar que va a añadir el vector de la ‘competitividad’ entre los centros,   al eliminar la obligación de llevar a los hijos al más cercano del domicilio familiar. Va a permitir la elección por parte de los padres del centro educativo. Lo que hará que los equipos directivos y los profesores se esfuercen  en trabajar cada día mejor y que los alumnos obtengan mejores resultados en el aprendizaje. Esta libertad para diseñar el propio centro y el esfuerzo bien dirigido de los profesores, hará que surja una sana emulación que mejore la calidad de todos. Las familias estarán más satisfechas: mejora la calidad de educación de sus hijos y pueden llevarlos a un centro que responde a sus expectativas; e irán a inscribirse en los que mayor prestigio tengan.

jueves, 2 de febrero de 2012

ENEMIGOS DE LA CONCILIACIÓN TRABAJO-FAMILIA

Hasta que no empezaron a tenerse en cuenta, dentro de  los derechos  de los trabajadores, el máximo de horas de trabajo a la semana que, en justicia, se podía exigir a los trabajadores según los distintos tipos de empresas y de trabajos (se han ido concretando alrededor de las cuarenta). Estos máximos se empezaron a incluir en los convenios colectivos, Es entonces, y  más cuando se produce el fenómeno de la incorporación de la mujer al trabajo fuera de la casa, que se hace más patente  el problema del reparto equilibrado del número de horas entre el tiempo de dedicación al  trabajo y a la familia. El reparto es un problema personal y del matrimonio; cuando comenzó a debatirse se le asignó un término exclusivo: “conciliación”. Su primer enemigo fue el de horarios excesivos de trabajo (por convenios colectivos abusivos, directivos empeñados en solventar el trabajo de la gente que dependía de ellos a partir de las 6 de la tarde... Antes de la “crisis”, había oficinas –sobre todo sucursales bancarias- en las que un porcentaje de los administrativos consideraba que tenían que quedarse hasta última hora “no fuera a parecer que tenían menos interés por el trabajo”. Y ahora con la” crisis” puede ser que algunos puedan caer en ese error por miedo a perder su precario trabajo. Ocho horas de trabajo bien aprovechado pueden dar mucho de sí. La jornada continuada para terminar a las 5 de la tarde ayudaría mucho a la conciliación.