jueves, 5 de abril de 2012

BENEDICTO XVI RECLAMA LA LIBERTAD PARA CUBA

Dejar pasar estos días de Semana Santa sin hacer alguna reflexión sobre el valor transcendente de la vida humana y cuál sea su sentido final en el más allá parecería un olvido imperdonable en estos días que estamos celebrando. Algunas pinceladas del viaje a Cuba de Benedicto XVI nos hace entrar en el momento ansiado de liberación y recristianización de aquel país hermano. Un aldabonazo profundo lo da Ignacio Uría, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Navarra. Conocedor de su realidad política social y religiosa, Ganador del Premio internacional “Jovellanos” de Historia por su libro”Iglesia y Revolución en Cuba".  Uría, como corresponsal, dice que: La primera conclusión del viaje de Benedicto XVI a Cuba es que la Iglesia católica aumenta su presencia pública y se consagra en su papel mediador en una hipotética transición. Si el país  quiere avanzar, no puede seguir atascado en el marxismo; y para el paso a la libertad los cubanos contarán siempre con la ayuda de la Iglesia. La dictadura necesita a la Iglesia, mucho más que ésta a la Dictadura. Lo demuestra el empeño de Fidel Castro en saludar al Papa y fotografiarse con él. Respecto a las palabras de Benedicto XVI en La Habana, Uría destacaba la contundencia con que el Papa habló contra el embargo norteamericano y la falta de libertad religiosa, no sólo de culto sino de enseñanza, de expresión: tanto para manifestarse en la calle como para disentir sin violencia. 

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