LA DESPEDIDA DE IKER CASILLAS
No entro en
las causas que la gente ha conocido a su manera. Pero si vengo a decir que me
ha parecido un gesto de cariño por el trabajo que ha venido haciendo 25 años,
llegando a asumir la responsabilidad de capitán del equipo. Es posible que haya muchos que se hayan emocionado
en su despendida de la empresa en la que ha trabajado, durante años. Así debería ser con mucha gente. Es verdad
que para eso es necesario que los jefes y los dueños de la empresa le hayan
tratado y respetado como persona. Pero el que trabaja debe también tratar con
respeto al empresario y a la empresa que dirige o de la que es
propietario. El marxismo-leninismo
preconiza el odio o lucha de clases, pero los aires no andan por ahí.
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